Más cerca de la omnipotencia

¿Qué haces en ese momento donde ya no puedes más? Ese momento en el cual quieres huir, pero no tienes dónde; donde quieres gritar, sin que nadie te escuche; cuando deseas con todo tu ser poder volver atrás en el tiempo y deshacer todo aquello que te trajo esta terrible impotencia que no puedes tolerar. ¿Qué haces?

En estos días conocí la situación de un hombre, donde en cuestión de unos días su vida dio un vuelco de 180 grados. Todo cambió, todo empezó a ir mal. Cosa tras cosa fue añadiéndose a su lista de pesares. Este hombre caminó alguna vez con Dios, pero se alejó de Él y decidió hacer su vida a su manera. Sin embargo, en su momento de mayor impotencia, de mayor desolación dijo: «Yo sé que Dios no me desamparará; yo sigo confiando». Él reconoció que quizás Dios tenia ese plan para él, tenerlo en esta terrible situación para él y su familia. Mi pregunta es: ¿y qué haces tú cuando te sientes impotente? ¿Te sientes con la autoridad de reclamarle a Dios, o de desquitarte con quienquiera que tengas enfrente?

Es en esos momentos de impotencia, donde te das cuenta de que no eres más que un poco de polvo de la tierra que la omnipotencia divina se encuentra más cerca que nunca. Cuando tus fuerzas se agotan y no hay forma de que enmiendes todo, en vez de airarte y destruir tu vida con amargura y rencor, mejor acércate al Omnipotente y Todopoderoso. Él es el único que puede ayudarte, porque una vez que tus fuerzas ya no puedan actuar, entonces es cuando entrarán en acción las Suyas, que crearon los cielos y la tierra.

¿Impotente? Confía en el Omnipotente.