La preparación es importante

Preparamos todo: el desayuno, la mochila, una presentación o el trabajo que pidieron para aquella difícil asignatura. Pero, ¿y la preparación personal? No estoy hablando de prepararnos en el terreno natural, eso también es importante. Sin embargo, como cristiano, ¿te estás preparando para lo que Dios tiene planeado para tu vida? Quizás puedas decir «pero, ¡yo no sé los planes que Dios tiene para mí!«, y puede ser que estés en lo correcto; sin embargo, ¿te va a detener eso? ¿No crees que estás a tiempo de comenzar a prepararte física, y sobretodo, espiritualmente? Es bueno cuidar el cuerpo: mi madre padece hipertensión, y mi padre es diabético. Yo estoy propenso a desarrollar alguna de esas enfermedades, además de otras tantas que otros miembros de mi familia poseen. Me doy cuenta que debo cuidar mi salud ahora que estoy joven, para que los planes de Dios se puedan desarrollar según Su propósito en el futuro, ¡así de simple!

Pero también debo prepararme espiritualmente: debo buscar una relación cercana con Él; deb orar, conversar con Dios, contarle mis deseos, mis necesidades, mis alegrías y mis tristezas. Debo leer Su palabra, y no sólo leerla, sino también estudiarla, conocerla más a fondo. ¿Qué planes tiene Dios para mi futuro? Aún no lo sé, pero es necesario que me prepare, que me equipe de todas las herramientas que me puedan ser útiles en el futuro, para que cuando llegue el momento en que Él me llame a Su plan, yo pueda estar listo, y en aquél día cuando sea llamado a Su presencia, pueda alcanzar lo mejor de Dios, que Él tiene preparado para los que lo aman.

¿Te estás preparando?