«Hermano, ¿puedes predicar?» – Introducción a la Homilética

«¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?» Estas preguntas en el libro de Romanos demuestran la importancia de la predicación. ¿Quieres conocer más acerca de cómo y por qué predicar? ¡Acompáñame en esta emocionante travesía!

Biblia sobre un púlpito

Era el mes de junio del año 2011, periodo de vacaciones en el instituto bíblico. Regresé a mi casa para pasar casi un mes entero de vacaciones en compañía de mi familia… pero nunca imaginé que me estaría esperando una sorpresa: mi pastor quería que predicara en la iglesia. Estaba muy sorprendido, ya que justo antes de regresar a casa me había tocado predicar también en el instituto, y esa había sido la primera vez que predicaba. Estaba bastante preocupado, pero a la vez agradecido de haber tomado ya el curso que me ayudaría muchísimo a prepararme para ese momento: el curso de Homilética.

En algún momento en la vida es posible que se te pida que prediques, lo cual seguramente te pondrá bastante nervioso y te llevará a pensar «¿y cómo predico?«. Quizás en ese momento te den ganas de empezar a escuchar prédica tras prédica, o ir a Youtube a buscar videos de «cómo predicar»; tal vez mejor quieras correr y decirle al pastor: «pastor, ¡no sé predicar!«, aunque pienso que una respuesta que te dará es: «Yo tampoco sabía predicar, uno debe aprender», y así es. Es por ello que quisiera escribir acerca de este tema, apoyándome nuevamente en el curso que yo tomé hace 4 años en el instituto bíblico. No es para nada un curso integral de cómo predicar, pero espero que a alguien le sea de ayuda tal como lo fue para mí. Me basaré en una mezcla entre mis notas del curso y mi experiencia personal. Empecemos, pues:


 

Homilética: los principios y la práctica de la predicación.

A través de la historia es la predicación lo que ha hecho de la Iglesia lo que es. Ha sido gracias a la predicación que se han tenido tiempos de avivamiento y restauración, tiempos de luz. El mundo fue puesto de cabeza en el tiempo de la Iglesia Primitiva cuando los apóstoles comenzaron a predicar. Juan el Bautista llegó predicando bajo la unción y muchos se arrepintieron. Hubo muchos hombres que a través de la predicación transformaron al mundo, pero lo más importante es la predicación de Cristo: a través de Su predicación Él cambió al mundo y cambió la historia del mundo. Es esa predicación ungida e inspirada la que necesitamos, y podemos suplir esa necesidad por la gracia de Dios.

Pro 16:11a Peso y balanzas justas son de Jehová.

 

Es por ello que el propósito de la homilética es estudiar cómo predicar efectivamente, y debemos saber que la predicación necesita un equilibrio entre la mecánica del hombre y el poder providencial de Dios; entre el trabajo humano y lo divino; entre lo natural y lo sobrenatural; entre lo terrenal y lo celestial.  Hay equilibrio entre nuestra responsabilidad y la soberanía de Dios.

 Y yendo,  predicad,  diciendo:  El reino de los cielos se ha acercado.

Mateo 10:7

El Señor Jesús les dijo a Sus discípulos que predicaran, y después les dice sobre qué predicar. Ellos conocían el tema, pero no sólo se quedaba allí: ellos tenían la responsabilidad de hacerlo conocer a la gente; ellos tuvieron que aprender cómo predicar, y de igual manera nosotros necesitamos aprender. La predicación requiere disciplina, práctica continua y  revisión constante, así como de continuas modificaciones y corrección; todo esto, sin olvidarnos que de existe un equilibrio entre nuestra responsabilidad y la soberanía de Dios.

 Jehová el Señor me dio lengua de sabios,  para saber hablar palabras al cansado;  despertará mañana tras mañana,  despertará mi oído para que oiga como los sabios.

Isaías 50:4

 

El profeta Isaías dice que Dios le dio lengua de sabios, para saber cómo hablarle al cansado. Una persona sabia es alguien que posee vasto conocimiento, y por lo general, expresa ese conocimiento a través de un amplio vocabulario. Es importante saber cómo hablar, y Dios despertará el oído para que uno oiga como los sabios, y hable como ellos. Al momento de predicar, el uso de las palabras será muy imporante, y es por eso que queremos ver los principios y la práctica de una predicación efectiva.


 

Con esto concluyo la primera entrada sobre esta serie acerca de homilética. Si eres lector frecuente, te darás cuenta de que llevará un formato similar al de las entradas sobre hermenéutica, ¡espero que no te confundas con los nombres! Nos vemos en la próxima entrada.

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