¿De qué trató el sermón? Vol. 1

Hoy quisiera iniciar una pequeña serie que espero llevar a cabo frecuentemente, titulada «¿De qué trató el sermón?». El propósito de esta serie es compartir con los lectores una reseña del sermón que escuche durante los servicios de mi iglesia. Tenemos servicios los días jueves y domingo, así que espero ser fiel y escribir después de cada servicio. Comencemos pues.


Título: «Los muros»

Predicador: Pastor Isaac Landero (invitado)

El sermón de hoy estuvo basado en la historia del pueblo de Israel después del cautiverio, cuando Nehemías viajó a Jerusalén y comenzó a restaurar el muro junto con el pueblo. (Neh. 2:17-18).

 Les dije, pues: Vosotros veis el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, y sus puertas consumidas por el fuego; venid, y edifiquemos el muro de Jerusalén, y no estemos más en oprobio. Entonces les declaré cómo la mano de mi Dios había sido buena sobre mí, y asimismo las palabras que el rey me había dicho. Y dijeron: Levantémonos y edifiquemos. Así esforzaron sus manos para bien.

Nehemías 2:17-18

El tema central era que no fue Jeremías quién levantó los muros caídos de Jerusalén, sino el pueblo mismo, bajo su dirección. Cada familia reconstruyó la parte del muro que quedaba frente a su casa. El predicador decía que muchas veces las personas creen que sólo con que el pastor ore por ellas ya está todo bien, y no se concentran en levantar ellas mismas las partes de su vida que necesitan reparación.

 E inmediato a ellos restauraron los tecoítas; pero sus grandes no se prestaron para ayudar a la obra de su Señor.

Nehemías 3:5

 Después de él Baruc hijo de Zabai con todo fervor restauró otro tramo, desde la esquina hasta la puerta de la casa de Eliasib sumo sacerdote.

Nehemías 3:20

También hubo personas que no quisieron participar en la obra (Neh. 3:5), mientras que hubo un hombre que tuvo buen ánimo y reconstruyó incluso más de lo que le tocaba. (Neh. 3:20). El predicador preguntaba: «¿Cuál será nuestra actitud?» Y es buena pregunta, ¿Qué actitud tendremos mientras levantamos muros en nuestra vida, para protección de nuestras almas?

También el predicador comparaba a los enemigos del pueblo de Dios, Sanbalat, Tobías y Jesem, con enemigos espirituales. Uno de ellos es el desánimo; otro, el temor y otro el fracaso. Ellos vienen para hacernos creer que no podremos seguir levantando la obra de Dios.

Pero vemos la respuesta de Nehemías y el pueblo a tal situación: seguir edificando, pero estando armados (Neh. 3:13-23). Nehemías le dijo al pueblo que tenían que pelear por sus hijos, sus hijas, sus mujeres y sus casas. El predicador decía que debemos preocuparnos por edificar la obra de Dios con nuestras familias.

El pastor lleva una carga por cada oveja, pero a su vez, cada oveja es responsable ante Dios de cómo dirige su vida. Por eso es que si permanecemos unidos, edificaremos la obra de Dios como iglesia, cómo congregación.

Cada persona debe cuidar de su vida espiritual, y así vez cada padre de familia debe cuidar de su casa, y a su vez el pastor vela por las ovejas. Y si cada uno hace su parte, la obra será firme y habrá bendición.


Fue un sermón muy hermoso y doy gracias a Dios por permitirme ser amigo personal del predicador. ¡Hasta la próxima!

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